Laika, la perrita rusa que se convirtió en una estrella.
ace exactamente 60 años, un ser vivo dejó, por primera vez, el planeta Tierra rumbo al espacio: la perrita Laika, lanzada en el satélite ruso Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957.
El pleno auge de la Guerra Fría, el líder soviético, Nikita Kruschev, que asumió el mando de la Unión Soviética dos años después de la muerte de Joseph Stalin, se enroló en una carrera espacial contra Estados Unidos, una disputa de poder ampliamente expuestas en la propaganda de ambos países.
Entusiasmado, el líder de la Unión Soviética exigió del ingeniero responsable del programa espacial Sergey Korolev algo “espectacular” para el 40 aniversario de la revolución comunista.
Entonces, Korolev propuso enviar un perro al espacio. Como, en ese entonces, no había la tecnología suficiente para garantizar el retorno del satélite, el animal sería enviado a una muerte segura.
La selección de perros que pudieran ser enviados al espacio siguió algunos criterios. Primero, debido al tamaño del cohete, el animal podría pesar un máximo de 7 kg.
Los perros de raza y con pedigrí eran considerados demasiado mimados e incapaces de alcanzar buenos resultados en los cursos de “supervivencia en situaciones graves”. Por tanto, el “escuadrón de perros cosmonautas” fue reclutado, principalmente, en las calles.
Laika por ejemplo, fue encontrada como una perra callejera vagando por las calles de Moscú. Los científicos soviéticos optaron por utilizar perros callejeros de Moscú ya que se asumía que estos animales ya habían aprendido a soportar las condiciones extremas de frío y de hambre.
De los 10 candidatos preseleccionados para la prueba final -resistencia en la cámara de presión centrífuga-, tres sobresalieron: Albina, Laika y Mukhu.
Albina estaba embarazada y Mukhu fue rechazada por tener curvas poco fotogénicas en las patas. Así que Laika fue la elegida para morir en el espacio y entrar en la historia.
Una revista rusa describió su temperamento como flemático, argumentando que no se peleaba con otros perros. Vladimir Yazdovsky, quien dirigió el programa de perros de prueba utilizados en cohetes, en una publicación tardía escribió que «Laika era tranquila y encantadora».
El Sputnik 2 no fue técnicamente desarrollado para aterrizar. Era un cilindro de cerca de cuatro metros de altura y dos metros de diámetro.
Laika estaba en una cápsula del tamaño de una lavadora, con un dispositivo para la regeneración química del aire y un alimentador automático que abría, dos veces por día, la tapa de un recipiente con una mezcla de nutrientes gelatinosos. A la perrita le implantaron un sensor en las costillas para medir su respiración y otro sensor para medir su pulso en la arteria carótida.
Laika estuvo en entrenamiento dentro de la cápsula por varios días para que pudiera acostumbrarse a la situación.
Según los documentos de la NASA, Laika fue colocada en la cápsula del satélite el 31 de octubre de 1957 —tres días antes del inicio de la misión. En esa época del año, las temperaturas en el sitio de lanzamiento eran extremadamente bajas, por lo que se usó una manguera conectada a un calentador para mantener caliente el contenedor. Dos asistentes estaban encargados de vigilar constantemente a Laika antes del comienzo de la misión.
Uno de los técnicos que preparó la cápsula antes del despegue final declaró que “después de la colocación de Laika en el contenedor y antes de cerrar la escotilla, le besamos la nariz y le deseamos buen viaje, sabiendo que no iba a sobrevivir al vuelo.“
La hora exacta del despegue varía de una fuente a otra, pero se menciona que fue a las 05:30:42 o a las 7:22 hora de Moscú. Al alcanzar la máxima aceleración después del despegue, el ritmo respiratorio de Laika aumentó de tres a cuatro veces lo normal, y su frecuencia cardiaca pasó de 103 a 240 latidos por minuto. Al alcanzar la órbita, se desprendió exitosamente la punta cónica del Sputnik 2. La otra sección de la nave que debía desprenderse (el “Blok A”) no lo hizo, impidiendo que el sistema de control térmico funcionara correctamente.
En octubre de 2002, el científico Dimitri Malashenkov, quien participó en el lanzamiento del Sputnik 2, reveló que Laika había muerto entre cinco y siete horas después del despegue, debido al estrés y sobrecalentamiento. De acuerdo con un artículo que presentó en el Congreso Mundial del Espacio en Houston:
«Resultó prácticamente imposible crear un control de temperatura fiable en tan poco tiempo.»
El Sputnik 2 orbitó la Tierra 2.570 veces, durante 163 días. La nave se desintegró al entrar en contacto con la atmósfera el 14 de abril de 1958.
El Sputnik 2 no fue diseñado para ser recuperable, y siempre se tuvo la intención de que Laika muriera. La misión desencadenó un debate mundial sobre el maltrato y experimentos con animales en general, para avanzar en la ciencia. En el Reino Unido, la Liga Nacional de Defensa Canina (NCDL, actualmente Fundación para los Perros) pidió que los dueños de perros guardaran un minuto de silencio en honor a Laika, mientras que la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) recibiera protestas, incluso antes de que Radio Moscú haya terminado de anunciar el lanzamiento. Varios grupos protectores de los derechos animales protestaron frente a embajadas soviéticas. Otros se manifestaron frente a las Naciones Unidas en Nueva York; sin embargo, algunos científicos estadounidenses ofrecieron apoyo a sus colegas soviéticos, por lo menos antes de que se anunciara la muerte de Laika.
Actualmente el tema de defensa de los derechos de los animales es un tema vigente y con mucho impulso por parte de varias organizaciones y grupos defensores de los derechos de los animales se oponen a la experimentación animal, argumentando que existen alternativas a la experimentación con animales y motivos éticos.
La PETA organizó el Día Internacional del Animal de Laboratorio, posteriormente reconocido por la Organización de las Naciones Unidas; en este día, cada 24 de abril, se conmemora la muerte de millones de animales en todo el planeta. La ADDA (Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal) también se ha posicionado en contra de la investigación y el comercio con animales y en 1986 erigió un monolito con la inscripción: «En homenaje a los animales de laboratorio, seres que no tienen la oportunidad de negarse al sacrificio que requiere de ellos la ciencia». En 2016 las líneas aéreas Iberia y Air Europa bloquearon el transporte de animales de laboratorio. La primera compañía especificó que el motivo era por cambios en el reglamento de seguridad. Air Europa no dio ninguna información.
-En memoria de Laika, la perrita rusa que se convirtió en una estrella-
Fuentes: