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Fortalece los vínculos entre los príncipes del hogar, tu bebé y tu perrito
Los miembros más importantes de toda familia son los bebés y los perritos, esos dos hijos que todos amamos, pero qué pasa si no se llevan bien, como fortalecer los vínculos entre ellos y lograr que su amistad crezca día con día, acompañamos a resolver todas las dudas sobre las relaciones entre bebés y perritos. ¿Mi perrito va a querer a mi bebe?
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Los vínculos emocionales que genera una relación sana y de amor entre nuestros príncipes del hogar, es la base para estar seguros y confiados que habrá siembre alguien que cuide y proteja a nuestro bebe sin importa que suceda.
Es por eso que debemos de lograr que nuestro perrito vea a nuestro perrito como un miembro mas de la familia y genere un halo de protección para con el.
Tener una buena relación requiere de trabajo, pero vale la pena todo el esfuerzo, ya que los beneficios son tanto emocionales como de salud para los bebés. Pero cómo se logra esto, es muy fácil decirlo, pero a veces es una tarea compleja, sobre todo si no tenemos en consideración el carácter de nuestra mascota y las condiciones de la llegada de nuestro bebé.

Como generar vínculos afectivos
Debemos de asegurarnos que el bebe que recién llega no sea un extraño para nuestro perrito, lo mas fácil es que se familiarice con su olor. Esto se puede lograr si traemos a casa algún artículo de su ropa, una manta o incluso un pañal sucio para que nuestro perrito lo huela, así nuestra mascota se familiarizará él Bebe.
Otra recomendación es que cuando ingresen por primera vez a la caza mamá deberá ir sola ya que seguramente nuestro perrito se pondrá muy contento en verla regresar y es probable que querrá jugar o brincar sobre ella.
Presentarlos será un poco más complicado, deberás de analizar cuando esté relajado y tranquilo tu perrito, así como cuando este él bebe disponible y cómodo para que se dé una reunión entre ellos.
Puedes seguir estos tips:
- Que alguien sujete a tu perrito con una correa mientras tu estas sentada con tu bebé en el regazo y cubriéndole la cabeza con una mano, esto demostrara protección al bebe y evitara que tu perrito mordisquee las orejas del bebé.
- No coloques a tu bebé en el piso y nunca sostengas al bebé sobre la cabeza tu perrito.
- Habla con tu perrito con voz tranquila y normal, acariciándolo para tranquilizarlo.
- Si no muestra ningún comportamiento agresivo (como gruñir, silbar, apuntar las orejas hacia atrás o bajar la cola), puedes permitirle lentamente que vea y huela al bebe, evitando que lo lama.
- Si tu perrito muestra algún comportamiento agresivo que la persona que lo sujeta lo reprima y que retroceda o lo retire físicamente de la habitación.
- Si no se relaja, deberás de mantenerlo lejos del bebe y esperar hasta que se den las mejores condiciones nuevamente.
- Es importante sujetar a tu perrito en todo momento incluso si todo va bien, al menos las primeras tres semanas, durante las cuales puede observar su comportamiento.

Forjando una amistad
Des pues de que haya una mayor familiaridad entre los dos príncipes, es positivo que los dos se incluyan en una rutina diaria, puede ser algo fácil y cotidiano como cuando alimentas o cambias a tu bebe, puedes seguir usando la correa si es necesario.
También es positivo darle atención y afecto como sea posible a tu perrito cuando el bebé esté cerca. Con esto no estarás excluyendo de amor y cariño a tu perrito y no lo vera como una amenaza. Mantén una supervisión en todo momento cuando tus príncipes estén en contacto
Si aplicas todo lo anterior, cuando tu bebe aprenda a gatear y caminar tu perrito lo protegerá e incluso lo acurrucara cuando se lastime, como si de uno de sus cachorros se tratara. Es muy importante que a la par de esto, le enseñes a tu bebe a como tratar y respetar a tu perrito.
A medida que convivan y se relaciones tendrán una mejor convivencia y podrás segura de que tu bebé estará con la mejor compañía. Revisa los demas temas que tenemos para ti
Perro Viejo Si Aprende Trucos Nuevos
Según el investigador canino Stanley Coren, de la Universidad de British Columbia en Vancouver (Canadá), los perros pueden distinguir más de 160 palabras. Además, son capaces de resolver problemas complejos, con unas habilidades mentales próximas a la de un niño de 2 años de edad. Según Coren se puede distinguir entre tres tipos de inteligencia canina: la instintiva, la adaptativa y la de trabajo y obediencia. Esta última es la que diferencia principalmente a las razas: los collies son los más inteligentes, seguidos de caniches y de los pastores alemanes. El cuarto en la lista es el golden retriever, y el quinto puesto lo ocupa el doberman.
La primera se llama inteligencia instintiva y está relacionada con todas aquellas habilidades que determinan para qué fue criado. Por ejemplo, si el animal ha sido criado para arrear a los animales. Su grado de inteligencia se mide por su capacidad para reunir a los animales y cómo los dirige.
La segunda dimensión de la inteligencia se denomina inteligencia adaptativa. Básicamente se refiere a las habilidades que tiene el perro para aprender cosas por sí mismo. Este tipo de inteligencia, puede diferir entre los perros de una misma raza. Por ejemplo, los perros de raza Golden Retriever tienen la misma inteligencia instintiva. Sin embargo, mientras la mayoría son bastante inteligentes, quizás entre ellos se encuentre uno que parece totalmente desorientado y comete los mismos errores una y otra vez. La diferencia entre los distintos Golden Retriever es una la diferencia en el grado de inteligencia adaptativa, la cual se puede medir mediante el uso de las pruebas adecuadas.
Finalmente, el tercer tipo de inteligencia en los perros es aquella que se relaciona con su habilidad en el trabajo y el sentido de la obediencia que tiene el animal. Se basa en cómo el perro puede llegar a seguir las órdenes que emiten los humanos.
Hasta se ha podido demostrar que perros de mayor edad pueden utilizar sin mayor problema pantallas interactivas con ejercicios básicos de aritmética.
Así como lo demostró un estudio científico de la facultad veterinaria de Viena, donde cientos de perros, de al menos seis años, aprendieron a usar una pantalla con sus hocicos.